DÍA DEL LIBRO 2021
El año pasado el mundo estaba confinado. El 23 de Abril estábamos metidos en casa, mirando la tele de forma compulsiva, tratando de no pensar demasiado en todo lo que estaba pasando fuera de los muros de nuestro hogar, rogando para que, al menos nosotros y nuestras familias, se librasen de la pandemia. Tal y como estaban las cosas, que el Día del Libro no se celebrara era un mal menor, algo obvio a lo que no había que dar más vueltas.
Pero era imposible no sentir pena. Con De viento y sal recién publicado, con compromisos para firmar en varias casetas, con toda la ilusión por mi primer Día del Libro al otro lado de la mesa, y yo metida en mi casa. Hicimos eventos por las redes, pero no es lo mismo. Hablar con la gente, firmar libros, brindar con los editores y las compañeras…todo eso no se consigue por las redes, pero en fin.
Pero este año parecía que la cosa estaba mejor, al menos lo suficiente como para que se decidiera permitir la celebración de este día, aunque fuese con algunas diferencias y, por supuesto, con todas las medidas de seguridad. En lugar de en el Paseo de la Independencia en medio de la ciudad, este año se organizó en el parque José Antonio Labordeta, con aforo súper reducido y manteniendo la distancia de seguridad.
Salió un día radiante y la gente se echó a la calle con ganas de solecito, libros y parque. Eso se tradujo en colas inmensas desde primera hora de la mañana. Hora y media y hasta dos horas tuvo que esperar la gente para conseguir acceder al recinto, donde los sesenta puestos se sucedían uno tras otro en un paseo que garantizaba la ausencia de aglomeraciones. Fue una lástima que tantas personas se quedaran sin poder entrar, espero que en 2022 podamos celebrarlo sin aforos ni mascarillas, repartiendo abrazos y sonrisas que no haya que intuir en los ojos.
En el puesto de mi editorial, Pregunta Ediciones, hubo jaleo durante todo el día. Fue muy divertido. Un ambiente fantástico, porque salía en primicia una antología de relatos en la que participo, De bares y mujeres, y estuvimos durante todo el día varias de las autoras compartiendo firmas y risas. Pude conocer a algunos compañeros y compañeras con los que todavía no había coincidido y poner cara a personas de las que llevaba tiempo oyendo hablar.
Te dejo aquí algunas de las fotos de este mi primer Día del Libro como autora, maravilloso, emocionante, precavido y un poco extraño. Espero que hayas podido disfrutar del día en tu ciudad, si es que se ha celebrado, y que hayas hecho honor a la tradición, regalando y regalándote al menos un libro (yo me he venido a casa con unos cuantos).